martes, 20 de septiembre de 2016

Resumen Capítulo 9


 
Una de las actividades que repetimos con mayor frecuencia a lo largo de nuestra vida es la toma de decisiones. Las organizaciones también viven cotidianamente movidas por decisiones que suceden sin interrupción. Con frecuencia, la operación cotidiana de las organizaciones y los cambios que se trata de implantar en ellas encuentran numerosas dificultades. Sin embargo, un número importante de veces en las que esto sucede, las dificultades se hubieran podido evitar con el simple hecho de involucrar a todos los interesados y los afectados en la toma de decisiones correspondiente.  Lo que falla en estos casos en mayor proporción se debe a las malas decisiones cuyo origen se encuentra en la ignorancia, la indolencia, el temor, el deseo de poder o cualquier otra causa que sea consecuencia de la falta de armonía entre la inteligencia y los sentimientos.

Muchas veces los problemas no se resuelven en la forma adecuada porque, en el análisis de los mismos y en el proceso de toma de decisiones que lleva consigo, los responsables de enfrentar las dificultades carecen de la visión del sistema en el que pretenden incidir.

Niveles de decisión. Los pasos de la toma de decisiones.

Dentro de una organización tradicional, los niveles de decisión están estrechamente vinculados con los niveles jerárquicos de las personas. De esta manera, quienes poseen puestos directivos suelen tener a su cargo las decisiones que son consideradas como las de mayor responsabilidad.

En la actualidad existe la tendencia a dejar la capacidad de elegir las decisiones de mayor peso en manos de aquellos que enfrentan directamente los problemas.

Sea cual sea el proceso elegido, los pasos que generalmente se siguen en la toma de decisiones son los siguientes:

1)    Determinar cuál es el sistema sobre el que se pretende establecer una decisión.

2)    Determinar quiénes serán idóneos para tomar las decisiones.

3)    Identificar las opciones o alternativas

4)    Identificar los atributos u objetivos relevantes

5)    Establecer algún mecanismo de ponderación de dichas alternativas.

6)    Elegir entre las alternativas aquella que mejor nos conduzca a los objetivos propuestos.

7)    Verificar el impacto de la decisión tomada para identificar los posibles ajustes que se requiera instrumentar.

La toma de decisiones lógica y la toma de decisiones emocional.

Los sentimientos suelen bloquear en muchos casos una toma de decisiones adecuada. Es como si guiarnos por la lógica “fría” nos convirtiéramos en unos seres de capacidades insospechadas. Los descubrimientos científicos de la década de 1980 contradicen de manera drástica esta idea. Al parecer, la desconexión entre las emociones y la razón nos conduce a una situación en la que no podemos traer de nuestra memoria emocional los recuerdos asociados con la valoración que hemos hecho anteriormente de la misma o de situaciones similares.

Los descubrimientos del doctor Damasio se suman a los de cientos de psicólogos y neurólogos que en los años pasados han puesto de relieve un novedoso campo de la psicología que se ha denominado inteligencia emocional. Esto quiere decir que todas nuestras interpretaciones de lo que sucede a nuestro alrededor o de nosotros mismos surgen dentro de un cierto estado emocional que nos recuerda como nos hemos sentido previamente en esa misma situación, o en una análoga, lo cual influye en la manera de interpretarlo.

Técnicas para decidir

1.       Entrevistas a expertos:

Al tomar en cuenta sus puntos de vista, obtenemos nuevas perspectivas de la situación.

2.       Análisis de tendencias

3.       La técnica Delphi (o Delfos):

Consiste en presentar a un grupo de expertos las posibles alternativas ante una situación determinada, sin que ellos tengan acceso a comentar entre sí sus puntos de vista en relación con las posibilidades de elección.

4.       La técnica Tkj:

Se emplea para detectar posibles causas de los problemas, así como proponer soluciones a los mismos.

5.       El árbol de decisiones:

Consiste en diagramar los eventos posibles que se desencadenarían a partir de cada una de las alternativas que consideramos para solucionar un problema determinado.

Otros de los métodos que pueden emplearse son: la jerarquización analítica, los diagramas de influencia, los análisis de sensibilidad, los modelos probabilísticos, la simulación, los modelos probabilísticos, la simulación, de impacto cruzado, el método de Markowitz y los métodos de Fishburn.

Estilos comunes en la forma de decisiones en las organizaciones.

Los mejores métodos de toma de decisiones son aquellos que disminuyen al máximo los riesgos de: 1) analizar equivocadamente el problema y sus causas; 2) generar conflictos entre los integrantes; 3) afectar negativamente la autoestima de los miembros desmotivándolos, irritándolos o confundiéndolos; 4) propiciar ineficiencia; 5) elevar los costos de operación, de mantenimiento o de cualquier otro tipo, por la falta de visión de los encargados en tomarlas.

Agrupación de los estilos:

1.       Autoritario:

Caracterizado porque la persona de mayor jerarquía o poder en la organización, es quien posee la facultad de decidir lo que se tiene que hace, además de que su voto determina la actividad de un grupo de personas.

2.       Administración participativa:

Dar mayor participación a los colaboradores.

3.       Decisiones por mayoría:

Este estilo presupone que una decisión es correcta cuando es aceptada mínimamente por el 51% de los integrantes del grupo.

4.       Cabildeo:

Método de convencimiento.

5.       Consenso o unanimidad:

De este estilo, el requisito más importante es que todos los miembros del grupo o de la organización se encuentren convencidos de que lo han colegido es lo que verdaderamente desean hacer.

6.       Concordancia:

Método similar al consenso, pero un poco más preciso.

 El poder de decidir

Decidir es una fuente de poder y quizá esto sea lo que más atemoriza a muchos de los directivos de nuestras organizaciones. Una de las recomendaciones que debería seguir cualquier directivo que desee una organización poderosa es permitir que las decisiones sean tomadas en el nivel organizacional más bajo posible.

 

 

 

 

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