Muchas veces los problemas no se resuelven en la forma
adecuada porque, en el análisis de los mismos y en el proceso de toma de
decisiones que lleva consigo, los responsables de enfrentar las dificultades
carecen de la visión del sistema en el que pretenden incidir.
Niveles de decisión. Los pasos de la toma de decisiones.
Dentro de una organización tradicional, los niveles de
decisión están estrechamente vinculados con los niveles jerárquicos de las
personas. De esta manera, quienes poseen puestos directivos suelen tener a su
cargo las decisiones que son consideradas como las de mayor responsabilidad.
En la actualidad existe la tendencia a dejar la capacidad de
elegir las decisiones de mayor peso en manos de aquellos que enfrentan
directamente los problemas.
Sea cual sea el proceso elegido, los pasos que generalmente
se siguen en la toma de decisiones son los siguientes:
1) Determinar cuál
es el sistema sobre el que se pretende establecer una decisión.
2) Determinar
quiénes serán idóneos para tomar las decisiones.
3) Identificar las
opciones o alternativas
4) Identificar los
atributos u objetivos relevantes
5) Establecer algún
mecanismo de ponderación de dichas alternativas.
6) Elegir entre las
alternativas aquella que mejor nos conduzca a los objetivos propuestos.
7) Verificar el
impacto de la decisión tomada para identificar los posibles ajustes que se requiera
instrumentar.
La toma de decisiones lógica y la toma de decisiones
emocional.
Los sentimientos suelen bloquear en muchos casos una toma de
decisiones adecuada. Es como si guiarnos por la lógica “fría” nos
convirtiéramos en unos seres de capacidades insospechadas. Los descubrimientos
científicos de la década de 1980 contradicen de manera drástica esta idea. Al
parecer, la desconexión entre las emociones y la razón nos conduce a una
situación en la que no podemos traer de nuestra memoria emocional los recuerdos
asociados con la valoración que hemos hecho anteriormente de la misma o de
situaciones similares.
Los descubrimientos del doctor Damasio se suman a los de
cientos de psicólogos y neurólogos que en los años pasados han puesto de
relieve un novedoso campo de la psicología que se ha denominado inteligencia
emocional. Esto quiere decir que todas nuestras interpretaciones de lo que
sucede a nuestro alrededor o de nosotros mismos surgen dentro de un cierto
estado emocional que nos recuerda como nos hemos sentido previamente en esa
misma situación, o en una análoga, lo cual influye en la manera de
interpretarlo.
Técnicas para decidir
1.
Entrevistas a expertos:
Al tomar en cuenta sus puntos de vista,
obtenemos nuevas perspectivas de la situación.
2.
Análisis de tendencias
3.
La técnica Delphi (o Delfos):
Consiste en presentar a un grupo de
expertos las posibles alternativas ante una situación determinada, sin que
ellos tengan acceso a comentar entre sí sus puntos de vista en relación con las
posibilidades de elección.
4.
La técnica Tkj:
Se emplea para detectar posibles causas de
los problemas, así como proponer soluciones a los mismos.
5.
El árbol de decisiones:
Consiste en diagramar los eventos posibles
que se desencadenarían a partir de cada una de las alternativas que
consideramos para solucionar un problema determinado.
Otros de los métodos que pueden emplearse son: la
jerarquización analítica, los diagramas de influencia, los análisis de
sensibilidad, los modelos probabilísticos, la simulación, los modelos probabilísticos,
la simulación, de impacto cruzado, el método de Markowitz y los métodos de Fishburn.
Estilos comunes en la forma de decisiones en las
organizaciones.
Los mejores métodos de toma de decisiones son aquellos que
disminuyen al máximo los riesgos de: 1) analizar equivocadamente el problema y
sus causas; 2) generar conflictos entre los integrantes; 3) afectar
negativamente la autoestima de los miembros desmotivándolos, irritándolos o confundiéndolos;
4) propiciar ineficiencia; 5) elevar los costos de operación, de mantenimiento
o de cualquier otro tipo, por la falta de visión de los encargados en tomarlas.
Agrupación de los estilos:
1.
Autoritario:
Caracterizado porque la persona de mayor jerarquía
o poder en la organización, es quien posee la facultad de decidir lo que se tiene
que hace, además de que su voto determina la actividad de un grupo de personas.
2.
Administración participativa:
Dar mayor participación a los
colaboradores.
3.
Decisiones por mayoría:
Este estilo presupone que una decisión es
correcta cuando es aceptada mínimamente por el 51% de los integrantes del
grupo.
4.
Cabildeo:
Método de convencimiento.
5.
Consenso o unanimidad:
De este estilo, el requisito más importante
es que todos los miembros del grupo o de la organización se encuentren
convencidos de que lo han colegido es lo que verdaderamente desean hacer.
6.
Concordancia:
Método similar al consenso, pero un poco más
preciso.
El poder de decidir
Decidir es una fuente de poder y quizá esto sea lo que más
atemoriza a muchos de los directivos de nuestras organizaciones. Una de las recomendaciones
que debería seguir cualquier directivo que desee una organización poderosa es
permitir que las decisiones sean tomadas en el nivel organizacional más bajo
posible.
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